martes, 8 de febrero de 2011

Justicia

Mi nombre es Erik Luna. Soy gay, hace diez años logre salir del del armario y decir la verdad.
Hace seis años conocí a Roberto o Robert como le decía. Eramos tan felices juntos.
Hace tres años que estamos casados y que vivimos juntos.
Hace dos meses mis vecinos asesinaron a mi marido...
Hacía pocos meses que vivíamos en este barrio y en ese corto tiempo todos demostraron una conducta super homofóbica.
Con Robert ya nos íbamos a mudar, faltaba una semana nada más, fue entonces que, una tarde, cuando él volvía del trabajo unos "hombres" de mi barrio comenzaron a golpearlo y patearlo hasta matarlo. Yo lo vi todo.
Llame a la policía, traté de pararlos, pero todo fue inútil.
Hace dos meses que no salgo de mi casa. Siento que si lo hago me matarán, como hicieron con Robert.Lo peor de todo es que esos sinvergüenzas siguen libres, la policía no hiso nada "por falta de pruebas"
El cuerpo de mi marido estaba lleno de moretones, de huesos rotos... esa un desastre.
Ellos dijeron que lo mas probable era que él haya estado ebrio y que buscó problemas y obtuvo su resultado.
Por el modo en el que hablaban parecía que ¡Que él iba a ir preso!
Todas las noches me las pasaba llorando, miraba por la ventana y los veía.
Felices, sonrientes llendo y viniendo, sin ninguna culpa, no lo podía soportar más.
Siempre fui muy tranquilo, pero esto ya me cansó.
Fueron 5 los que golpearon a mi marido... y serán 5 los que pagarán.
Hernan Vargas. Él fue el que dio el golpe final, con un fierro en la cabeza... acabó todo..
Son vecinos míos y esta noche van a pagar por lo que hicieron.
Ramiro, él será el primero.
Lo bueno de este maldito barrio es que es muy seguro, por lo que nadie traba puertas o ventanas. Y yo voy a aprovechar eso para escabullirme.
Se veía tan tierno dormido sin culpa alguna.
Fue rápido y simple. Lo apuñale infinidad de veces, era impresionante ver la sangre que salía de él...
Lo siguieron sus amigos Juan, Daniel y Ariel. También fue lo mismo para ellos, pero con Hernan fue diferente.
Lo hice sufrir tanto como él me hiso sufrir a mi.
Entré a su casa y recorrí habitación por habitación buscándolo, el muy nene vivía con su mami y su papi todavía (patético). Cuando entre en su habitación vi que estaba durmiendo con su novia.
una idea atravesó mi cabeza, pensé largo rato en llevarla o no a cabo, al final me decidí; ojo por ojo, amor por amor.
Primero la sujeté a ella, le tapé la boca. Intentó gritar pero el grito se transformo en un gemido apagado.
Pegue sus labios con pegamento y y arriba coloqué una sinta adhesiva.
La até de pies y manos, el muy gorila dormía sin sentir a su pobre novia.
A él le pegué los labios directa mente, al sentir la sinta se sacudió como un pez recién sacado del agua.
Esta vez fui mas preparado.
Comencé a golpearla, a cortarla, mientras él miraba y derramaba miles de lágrimas.
Pobre chica, no merecía tanto, pero él... él si lo merecía.
Todavía estaba viva cuando decidí dar el golpe final. De mi pequeña mochila saqué un martillo grande y comencé a golpearla. La sangre lo salpicaba todo, incluso la horrenda cara de él.
La furia me invadió de repente y comencé a golpearlo repetidas veces con el martillo hasta que de su cabeza solo quedó un puré, un rojo puré de sangre y sesos.
Creo que habré hecho alguna clase de ruido porque el padre de él entró y dijo: "el gay!"
De nuevo la furia se apoderó de mi, salté hacia él y lo golpee con mucha fuerza, la pobre mujer ya había llamado a la policía.
Fue la única que sobrevivió esa noche.
Hoy estoy en la cárcel pagando por 7 muertes, dos de ellas inocentes, pero al menos, la muerte de Robert no quedó impune...
Se hiso justicia..